Un equipo de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha revelado un mecanismo clave que permite a las plantas tolerar la alta salinidad, gracias a una innovadora técnica de microscopía llamada CryoNanoSIMS. Este avance, publicado en la revista Nature, detalla el papel crucial de la proteína SOS1 en el transporte y almacenamiento de sodio, lo que podría abrir nuevas oportunidades para soluciones biotecnológicas frente al creciente problema de la salinidad en los suelos agrícolas. La investigación destaca la importancia de SOS1 no solo en la expulsión del sodio, sino también en su secuestro en vacuolas celulares, lo que refuerza su relevancia en la adaptación de las plantas a condiciones adversas.
Un equipo de investigación del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha hecho un significativo avance en el estudio de la tolerancia de las plantas a la salinidad. En colaboración con instituciones internacionales, han utilizado una innovadora técnica de microscopía que permite observar a escala celular cómo las plantas se defienden del exceso de sodio. Este trabajo, publicado en la prestigiosa revista Nature, destaca la función de una proteína clave en este proceso.
La investigación se centra en la proteína SOS1, que juega un papel crucial en la capacidad de las plantas para manejar altos niveles de sal en el suelo, un problema creciente debido a la expansión de los sistemas de riego y al cambio climático que provoca sequías más severas. Según Priya Ramakrishna, investigadora principal del estudio, esta técnica avanzada, conocida como CryoNanoSIMS (Cryo Nanoscale Secondary Ion Mass Spectrometry), ha sido fundamental para analizar la distribución subcelular de SOS1.
El proyecto no solo involucró al CSIC, sino también a varias instituciones suizas como la Escuela Politécnica Federal de Lausana y la ETH de Zúrich. Esta colaboración multidisciplinaria ha permitido un análisis detallado sobre cómo las plantas pueden adaptarse a condiciones adversas.
El agua utilizada para riego contiene sales que tienden a acumularse en el suelo tras la evaporación. Los iones de sodio son particularmente problemáticos porque compiten con los esenciales iones de potasio. “Hemos demostrado que SOS1 es esencial para expulsar el sodio acumulado en las células, ya sea devolviéndolo al suelo o redistribuyéndolo entre los órganos vegetales”, afirma José M. Pardo, investigador del CSIC.
Además del transporte activo del sodio, otro mecanismo importante para combatir la salinidad es el secuestro de estos iones en vacuolas celulares, donde se almacenan sin afectar los procesos bioquímicos vitales. Sin embargo, hasta ahora no se habían identificado las proteínas responsables de esta acumulación vacuolar. Este nuevo estudio ha revelado que SOS1 también desempeña un papel crítico en este proceso.
Francisco Gámez-Arjona, investigador del CSIC, señala que este hallazgo refuerza la importancia conocida de SOS1 y abre nuevas vías para su aplicación biotecnológica. “Estamos comenzando a investigar cómo se controla el direccionamiento de SOS1 hacia diferentes membranas celulares y cómo podemos aprovechar esta función para mejorar la capacidad detoxificante de las plantas frente al estrés salino”, añade.
Por último, Clara Sánchez, investigadora del CSIC, destaca que este trabajo ejemplifica cómo el cruce entre disciplinas puede llevar a descubrimientos significativos: “Hemos esperado avances en el análisis mineral celular para poder demostrar plenamente el papel de SOS1 en el transporte del sodio”.
La nueva técnica de microscopía, llamada CryoNanoSIMS, permite observar a escala celular cómo las plantas se protegen frente al exceso de sodio, lo que ha llevado a un mejor entendimiento del mecanismo de tolerancia a la alta salinidad.
La proteína clave identificada es SOS1, que actúa en el transporte de sodio a través de las membranas biológicas y es fundamental tanto para expulsar el sodio acumulado en las células como para su secuestro en vacuolas.
Este hallazgo refuerza la importancia de SOS1 en la tolerancia salina de las plantas y abre nuevas vías para su explotación biotecnológica, lo que puede ayudar a aumentar la capacidad detoxificante de las plantas sometidas a estrés salino.
El estudio fue realizado por un equipo del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) junto con varias instituciones suizas, incluyendo la Escuela Politécnica Federal de Lausanne, la Universidad de Lausanne y la ETH de Zúrich.
El aumento de salinidad en los suelos agrícolas, provocado por sistemas de regadío y condiciones climáticas más secas, representa un problema creciente que afecta negativamente a los cultivos y requiere soluciones biotecnológicas efectivas.