La influenza aviar representa una amenaza creciente en Europa, con virus que han comenzado a infectar especies previamente no afectadas. La ECDC y la EFSA están trabajando en la identificación de 34 mutaciones genéticas que podrían facilitar la transmisión del virus a los humanos. Se enfatiza la importancia de la vigilancia genética y la colaboración entre países para detectar rápidamente nuevas cepas. Las recomendaciones incluyen mejorar la bioseguridad en granjas, monitorear mamíferos enfermos y aumentar la conciencia pública sobre el manejo de la influenza aviar. Además, se han desarrollado guías para investigar y controlar brotes utilizando un enfoque coordinado de salud única.
La amenaza de la influenza aviar sigue siendo un tema de preocupación en Europa, donde las autoridades sanitarias instan a mantener la vigilancia ante el avance del virus. Pamela Rendi-Wagner, directora del Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades (ECDC), enfatizó que “los desarrollos globales exigen que estemos alerta y asegurémonos de que Europa esté preparada para responder a esta amenaza”. El ECDC está colaborando con los Estados miembros de la UE/EEE para preparar, prevenir y contener posibles futuros brotes tanto en animales como en humanos.
En 2024, se observó una expansión de los virus de influenza aviar, afectando a especies que anteriormente no habían sido impactadas. Bernhard Url, director ejecutivo interino de la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA), destacó que su trabajo ha permitido identificar mutaciones clave relacionadas con una posible transmisión a humanos, lo que requiere detección y respuesta rápidas. La colaboración y el intercambio de datos entre todos los actores involucrados son esenciales para abordar estas situaciones emergentes.
Un grupo de expertos ha elaborado una lista exhaustiva de mutaciones, identificando hasta 34 alteraciones genéticas que podrían aumentar la capacidad del virus para propagarse entre los humanos. Mediante análisis moleculares y vigilancia genómica, los laboratorios de salud animal y pública podrán referirse a esta lista, que debe actualizarse continuamente para monitorear la aparición de cepas potencialmente transmisibles a humanos.
El análisis científico también señala cómo la adaptación del virus puede ser impulsada por factores como las mutaciones genéticas, el cruce de material genético entre virus y la interacción con la respuesta inmune del hospedador. Además, factores externos como actividades humanas y cambios ambientales aumentan las posibilidades de transmisión al incrementar el contacto entre vida silvestre, aves de corral, ganado y seres humanos. Prácticas agrícolas intensivas, baja bioseguridad, deforestación, urbanización y comercio global son algunos elementos que elevan el riesgo de contagio.
Acompañando esta opinión científica, las agencias han desarrollado directrices sobre cómo investigar y controlar brotes de influenza aviar que afectan tanto a humanos como a animales mediante un enfoque coordinado conocido como One Health. Los expertos han creado diagramas que delinean acciones específicas ante cinco escenarios diferentes en la interfaz humano-animal-medio ambiente, subrayando la importancia de una respuesta interdisciplinaria entre todos los interesados. Este esfuerzo apoyará a los Estados miembros en la creación de directrices nacionales adaptadas.
Las agencias de la UE están rastreando las mutaciones del virus de la influenza aviar y analizando estrategias de respuesta para garantizar que Europa esté preparada para posibles brotes en animales y humanos.
Se han identificado 34 mutaciones genéticas que podrían aumentar el potencial de los virus de la influenza aviar para transmitirse a los humanos.
La adaptación puede ser impulsada por mutaciones genéticas, mezcla de material genético entre virus, interacción con la respuesta inmune del huésped y factores extrínsecos como actividades humanas y cambios ambientales.
Las recomendaciones incluyen análisis genéticos para detectar mutaciones, vigilancia animal, vigilancia de salud pública, medidas preventivas en granjas y preparación en salud pública.
Se recomienda un enfoque coordinado "One Health" que involucre acciones interdisciplinarias entre todos los actores involucrados en la salud humana, animal y ambiental.