Simon Kidston nunca venderá su Porsche 911 Carrera RS 2.7

Simon Kidston, un reconocido experto en automóviles clásicos, ha dedicado más de 35 años a la venta de vehículos vintage, convirtiéndose en una figura destacada en el mundo del coleccionismo. Nacido en Gran Bretaña y criado en Italia, su pasión por los coches lo llevó a desarrollar una relación especial con los deportivos de Porsche. Sin embargo, hay uno que se destaca entre todos: el 911 Carrera RS 2.7, un modelo que ha decidido nunca vender.

Una historia familiar

La fascinación de Kidston por los automóviles comenzó en su infancia. “Mi padre siempre tuvo una pasión por los coches”, recuerda. Desde pequeño, las revistas The Motor y Christophorus eran parte de su hogar, y su padre, Home Kidston, un exoficial de la marina británica y entusiasta piloto de carreras, influyó profundamente en su amor por el automovilismo.

A los 21 años, Kidston dio sus primeros pasos en la industria al conseguir un puesto junior en la casa de subastas Coys of Kensington. Gracias a la ayuda de su primo, logró superar el proceso de selección y terminó quedándose durante ocho años en el mundo de las subastas de clásicos. “Disfruté mucho esa etapa”, afirma Kidston, quien también habla francés e italiano, lo que le permitió negociar con clientes internacionales.

Un camino hacia el éxito

Posteriormente, se trasladó a Brooks (actualmente Bonhams), donde estableció la oficina europea en Ginebra. En 2006 fundó su propia empresa, Kidston SA, desde donde continúa operando hoy en día. Su experiencia acumulada lo posicionó como uno de los principales comerciantes internacionales de vehículos raros y coleccionables.

A lo largo de su carrera ha estado involucrado en numerosas subastas legendarias. Uno de sus logros más destacados fue la compra del Mercedes-Benz 300 SLR por 135 millones de euros, el automóvil más caro jamás vendido hasta la fecha. Sin embargo, son los modelos Porsche los que realmente capturan su corazón y alimentan sus recuerdos más preciados.

El legado del 911 Carrera RS 2.7

Entre todos los vehículos que ha manejado, el 911 Carrera RS 2.7, adquirido originalmente por su padre en 1973, ocupa un lugar especial. Este coche no solo representa una conexión emocional profunda para Kidston; es también un símbolo familiar que ha pasado a ser parte integral de su vida.

"Recuerdo perfectamente cuando mi padre y yo conducíamos este modelo por las autopistas alemanas", dice Kidston con nostalgia. "Nunca había experimentado una velocidad así". Tras el fallecimiento de su padre en 1996, Simon heredó el vehículo y continuó creando memorias inolvidables con él.

Momentos inolvidables al volante

A lo largo de los años, el 911 Carrera RS 2.7 ha sido testigo de momentos significativos en la vida de Kidston: desde llevar las cenizas de su padre a su lugar final en Gales hasta proponerle matrimonio a su pareja mientras regresaban a casa tras visitar a sus padres en Escocia.

"De repente vi luces azules detrás", recuerda entre risas sobre ese momento crucial. A pesar del pequeño contratiempo con la policía por exceso de velocidad, ella aceptó su propuesta y el coche se convirtió también en el auto nupcial para la pareja.

Un futuro asegurado

A día de hoy, este icónico Porsche tiene más de 112.000 kilómetros recorridos y sigue siendo parte esencial del patrimonio familiar. “Este coche es como un guante perfectamente ajustado”, expresa Kidston con entusiasmo. Para él, el 911 Carrera RS 2.7 no es solo un automóvil; es una herencia que espera que sus hijos continúen valorando.

"Es parte fundamental de mi historia", concluye Simon Kidston sobre este emblemático vehículo que simboliza no solo su pasión por los coches sino también una rica tradición familiar que perdurará por generaciones.

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