Se trata de un anticuerpo monoclonal con acción profiláctica y terapéutica, aislado a partir de muestras de sangre de un paciente infectado por el SARS-CoV-2 durante la primera ola de la pandemia.
Investigadores del CSIC participan en un estudio que ha usado una técnica de secuenciación ultra profunda que permite detectar secuencias víricas no detectables por los métodos habituales